martes, 12 de noviembre de 2013

El Futuro de la Vuelta a España

(Por Albamo)



Conmoción ha provocado en Europa, y particularmente en la Península Ibérica, las declaraciones de Javier Guillen, quien ha sido el director de La Vuelta a España durante los últimos cinco años: “La Vuelta a España de dos semanas es cuestión de tiempo” fue lo que expresó este casi anónimo abogado el pasado 11 de Noviembre en medio de otras noticias relacionadas con La Vuelta. Trató de justificar su expresión diciendo que es un proceso de revitalización de la carrera, que está afectada por una gran crisis y que sin embargo está obligada a llevar a ciclistas de primer nivel en la parte final del calendario. 

Aun cuando es muy pronto para calibrar las reacciones del mundillo ciclístico español, ya se empieza a escuchar el reproche que proviene fundamentalmente de la afición, que ve en este proyecto un menosprecio más de quienes organizan las carreras al ya alicaído sentimiento que los acompaña desde hace algún tiempo. 


Con el logo de París - Dakar
Los organizadores de carreras son el blanco de las críticas.  Más bien debería decir el organizador de las carreras, porque no es un secreto que Amaury Sport Organisation (ASO) (la más importante empresa organizadora de eventos deportivos en Francia, dueña de los prestigiosos Tour de Francia, Rally París-Dakar, abierto de Francia de Golf y muchos otros,  además de ser parte del grupo de medios de comunicación Amaury, dueño de los periódicos L'Equipe y Le Parisien) es el accionista mayoritario de Unipublic, la empresa que organiza La Vuelta a España. 


Unipublic se creó en 1975 y se hizo cargo de La Vuelta desde 1978, era 100%  de propiedad de Antena 3, la gran empresa de comunicaciones rival de Televisión Española, hasta que comenzó a ceder a partir de 2008 parte de sus acciones a favor de ASO hasta perder prácticamente el control de la misma. Este tipo de transacciones (que usualmente no son realizadas de manera clandestina) generalmente es desconocida por el grueso de la población, a tal punto que hasta el pasado lunes la mayoría de los españoles lo ignoraban.  La noticia cayó como un baldado de agua fría sobre los aficionados, quienes de un momento a otro se encontraron con que su Vuelta estaba en manos de los franceses, y como cualquier Colombiano del común, comenzaron a especular sobre las negras intenciones de los Galos de interponer sus intereses por encima de los de los Ibéricos para perpetuar la hegemonía del Tour sobre la Vuelta, mas aún cuando la ASO se apresuró a aclarar que La Grande Boucle es intocable y continuará siendo de tres semanas, por no hablar de la todopoderosa RSC, quien por ninguna circunstancia siquiera discutiría la posibilidad de bajar de estatus al Giro a una carrera de dos semanas. 


Si la Vuelta está en crisis, ¿será ésta una manera de revitalizarla, o tal vez de darle la estocada final?  Un recorrido de dos semanas es ponerla casi al alcance de pruebas como La Vuelta a Suiza, Criterium du Dauphiné y aunque suene risible hasta de la vuelta a Colombia (en cuanto a número de etapas, no crean que mi ingenuidad llega a tanto), aunado a la evidente crisis de nuevos valores que está por afrontar el ciclismo español, cuyos mejores hombres pasan todos de los treinta años. Dejar La Vuelta como una carrera de dos semanas podría ocasionar un daño irreparable que quizás no podemos todavía dimensionar. 

Amanecerá y veremos como reza el refrán popular, es lo que expresa la gente que aún no sale de su asombro, y que espera que esto no haya sido más que un mal sueño.