sábado, 8 de febrero de 2014

Un sino trágico acompaña a los campeones del Tour

(Por Albamo)

El Tour de Francia es el sueño de todos los ciclistas, participar colma las aspiraciones de la gran mayoría y vencer constituye llegar al Olimpo en donde solo los escogidos pueden gozar de la inmortalidad. Pero sus perpetuos privilegios no los vuelven inmunes a los avatares que el destino les tiene reservado, al igual que al resto de los mortales.

Llegar a la edad de buen retiro disfrutando de las mieses cosechadas no es el común denominador para los campeones del Tour: un sino trágico parece acompañarlos, birlándoles todo aquello que lucharon por conseguir. Perdieron la salud, la vida o la fama, en circunstancias que estaban lejos de sospechar cuando en Los Campos Elíseos un futuro distinto imaginaron percibir.

Maurice Garin, el primer vencedor del Tour (1903), fue descalificado al año siguiente tras hacer parte del recorrido en un automóvil, dando término a una carrera que parecía prometedora.

Henri Cornet (1904) ganó el Tour a los 19 años, pero nunca se pudo sobreponer a las acusaciones que le endilgaban haber sido favorecido por la organización, pues pese a terminar en la quinta posición a tres horas del líder, fue declarado vencedor tras las descalificación de los 4 primeros.

Rene Pottier (1906) el primer gran escalador, fue incapaz de superar una decepción amorosa y se suicidó pocos meses después de ganar el Tour.

Garin, Cornet y Pottier

Muchos fueron a la guerra y algunos terminaron allí sus días: Lucien Petit-Breton (1907 y 1908) murió en un accidente camino a casa tras la guerra, Francoise Faver (1909) y Octave Lapize (1910) fallecieron tras ser heridos en combate.

Petit-Breton, Faver y Lapize

Henri Pelissier (1923), dueño de un recio temperamento dentro y fuera de las carreras, fue víctima de una puñalada luego de una disputa con su compañera sentimental.

Ottavio Bottecchia (1924 y 1925) fue muerto a pedradas por un campesino, quien lo acusó de estarle robando las uvas de su viñedo.

Roger Lapebie (1937) ganó el Tour en medio del escándalo y el repudio de los demás competidores: lo acusaron de utilizar medios ilegales pues fue el primero en utilizar el descarrilador. Antes de él, todos debían poner pie en tierra y hacer el cambio de velocidad manualmente.

Jean Robic (1947) fue el primero que compitió con casco a pesar de las burlas de sus compañeros, pero su prudencia no le alcanzó para evitar conducir embriagado y morir en un accidente contra un camión aparcado

Pelissier, Bottecchia, Lapebie y Robic

Fausto Coppi (1949 y 1952),  il Campionissimo, polémico y atacado por la sociedad de la época por sus ideas políticas y la relación que mantenía con sus mujeres, fue condenado por el Papa Pio XII y murió victima de una malaria que contrajo en África.

Mítica imagen de Bartali dando agua a Coppi

Hugo Koblet (1951) Su gran calidad siempre estuvo limitada por su controvertido estilo de vida, que le llevaron a excesos que terminaron conduciéndolo al suicidio.

Roger Walkowiak (1956) nunca pudo disfrutar del triunfo, haberlo logrado tras un descuido del pelotón que le concedió 30 minutos de ventaja, lo convirtió en objeto de burlas que condujeron a su temprano retiro y al autoexilio en un pequeño villorrio del sur de Francia.

Charly Gaul, (1958), grandísimo escalador, sus malos resultados como empresario lo llevaron a consumirse en el alcohol durante muchos años, pero hoy ha logrado recuperarse y vive en Luxemburgo.


Koblet, Walkowiak y Gaul

Luis Ocaña (1973) tras una controversia sobre las causas de su muerte, (pues la familia denunció la posibilidad de un asesinato) se estableció que, impulsado por la depresión que le ocasionaban sus problemas económicos y una enfermedad incurable, había optado por el suicidio.

Luis Ocaña, a quien apodaban "El Merckx español"

Jacques Anquetil (1957, 1961, 1962, 1963 y 1964) y Laurent Fignon (1983 y 1984), terminaron sus vidas consumidos por el cáncer no sin antes ser objeto de escándalos por la utilización de substancias dopantes.

Marco Pantani (1998), El golpe emocional y psicológico que su expulsión por doping en la última etapa del giro de 1999, (que dominaba con facilidad) lo condujeron a un estado de ánimo que culminó con la muerte por sobredosis de cocaína de uno de los mejores escaladores que el Tour conoció. 


Anquetil, Fignon y Pantani

Una tragedia de no menores dimensiones se ha ensañado con el Tour.  En los últimos 48 años, desde que se declaró ilegal la utilización de substancias prohibidas por la organización de la vuelta a Francia, los triunfadores sin antecedentes de doping se pueden contar con los dedos de las manos: solo Pingeon, Jean Jansen, Van Inpe, Hinault, Lemond, Indurain, Sastre, Evans, Wiggins y Froome pueden aportar una hoja de vida libre de escándalos relacionados con este cáncer que carcome al ciclismo, pero como se diría en el argot popular, faltando datos de otros municipios, por lo que esta lista de honorables campeones corre el riesgo de disminuir su extensión, una vez los nuevos métodos de control analicen las muestras sanguíneas que se han conservado para un examen ulterior.

La diosa fortuna no ha sido generosa con el Tour ni con sus campeones, un número importante de triunfadores han arrastrado esta especie de maldición que se ha ensañado con ellos y parece decirles que son solo seres humanos.