(Por Asier Bilbao y Gustavo Duncan)
Aprovechando que a partir del comienzo de la semana próxima se disputa la Vuelta al País Vasco, vamos a comentar sobre las vueltas cortas por etapas más importantes del calendario ciclista internacional. Se las denomina también carreras “de una semana”, pues su duración actual es de entre 6 y 9 días. Las principales razones del prestigio de estas "Pequeñas Grandes" Vueltas por etapas, aparte de la exigencia de los recorridos, su ubicación en el calendario y la participación de los mejores corredores, son la historia y la tradición que llevan ligadas.
En lo que llevamos de año ya se disputaron 3 de estas Vueltas de una semana. Estas son la París-Niza, Tirreno-Adriático y la recién finalizada Volta a Cataluña. Las otras son, en orden cronológico, la Vuelta al País Vasco, Tour de Romandía, Critérium de Dauphiné y Vuelta a Suiza. Ganar en alguna de estas carreras es tener una victoria de prestigio que da gran brillo al palmarés de los vencedores; que pasan automaticamente a hacer parte de la élite del ciclismo y ser tenidos en cuenta como favoritos en posteriores pruebas por etapas de similares características.
París-Nice, la Carrera hacia el Sol
Subiendo una cota entre viñedos en la París-Niza |
Se la conoce como “la carrera hacia el sol” porque en la época del año en la que se disputa, mes de marzo, invierno aún en Europa, ir desde el centro de Francia hacia la Costa Azul es viajar del frío al calor y el sol del Mediterráneo. Tradicionalmente esta carrera siempre fue muy disputada por los más grandes ciclistas de su época. Por las constantes batallas sin tregua que se vivían, hasta finales del siglo pasado se decía que “ir a la París-Niza era como ir a la guerra”. Actualmente las últimas etapas se solapan en el calendario con las primeras fracciones de la Tirreno-Adriático, con lo que estas dos prestigiosas pruebas se encuentran en competencia directa por atraer a los mejores corredores del mundo.
Las primeras etapas suelen ser planas y no es raro que haga aparición el viento lateral. A medida que se acerca al mar la carrera entra en el Macizo Central, con etapas de perfil quebrado o de media montaña más o menos duras. Son habituales los ascensos a cols como el Mont Farón o Turbie. Aunque actualmente la última etapa es una corta fracción de media montaña, durante muchos años la carrera finalizaba con la tradicional cronoescalada al col d’Eze, sobre la ciudad de Niza.
La primera edición data del año 1933. El excepcional ciclista irlandés Sean Kelly posee el increíble record de 7 victorias consecutivas en esta carrera, conseguidas en los años 80. La victoria lograda por Carlos Betancur este año es la primera de un corredor colombiano en esta prestigiosa carrera. Anteriormente solo Santiago Botero consiguió acceder al pódium, con su tercer puesto el año 1999.
Tirreno-Adriático, la Carrera de los Dos Mares
Los vueltómanos se tomaron la Tirreno - Adriático |
Esta carrera italiana que se disputa en el mes de marzo, comienza a orillas del mar Tirreno para finalizar con la tradicional contrarreloj individual corta y plana en la localidad de San Benedetto del Tronto, en la costa del mar Adriático.
Esta prueba se caracterizaba hasta hace unos pocos años por su recorrido de largas etapas planas o con pequeñas cotas y encerronas al pasar por las estrechas calles de los pueblos, lo que la convertía en una prueba ideal para preparar la importante Clásica Milán-San Remo, que se disputa el fin de semana siguiente a la finalización de la Tirreno-Adriático. En los últimos años, coincidiendo “casualmente” con el ocaso de varias estrellas italianas como el clasicómano Paolo Bettini y el embalador Alessandro Petacchi, y el advenimiento de escaladores como Michele Scarponi y Vincenzo Nibali, la organización decidió cambiar la filosofía de la carrera, endureciéndola y metiendo una o dos etapas de auténtica montaña en cada edición. Lo que ha logrado atraer en las últimas ediciones a muchos de los mejores corredores de grandes vueltas por etapas en la lucha por llevarse el llamativo trofeo al ganador: el tridente de Neptuno, dios de los mares. Por esta razón la Tirreno está aumentando a pasos agigantados su prestigio, en detrimento de su directo competidor en el calendario, la París-Niza.
La Tirreno-Adriático fue creada el año 1966. El récord lo tiene el gran clasicómano belga Roger De Vlaeminck, con 6 victorias consecutivas logradas en los años 70. Con su segundo puesto de este año Nairo Quintana es el único colombiano que ha logrado alcanzar el pódium.
Volta a Catalunya, una prueba centenaria
Es la 4ª vuelta por etapas más antigua del calendario internacional, pues su primera edición data del lejano año de 1911. Desde finales de los años 60 hasta finales de los 90 se convirtió en una de las vueltas más importantes, deseadas y disputadas, con muchos ganadores de renombre. Históricamente se disputaba en la primera quincena del mes de septiembre. Pero desde que en 1995 la Vuelta a España fuera ubicada en ese mismo mes, la Volta ha sufrido numerosos cambios en sus fechas del calendario. Primero pasó a disputarse en junio por unos 10 años, después al mes de mayo, y desde 2010 se corre en marzo, tras la Milán-San Remo. Estos cambios a fechas poco adecuadas para reunir la participación de corredores que atraigan las audiencias, unidos a otros factores, contribuyeron a una paulatina pérdida de identidad y prestigio de la carrera. Prestigio que está intentando recuperar estos últimos años.
Es característico el maillot blanco con 3 bandas verdes horizontales que distingue al primer clasificado de la general. Mariano Cañardo tiene el record de victorias, con 7 ediciones ganadas entre los años 1928 y 1939. Álvaro Mejía en 1993 y Hernán Buenahora en 1998 son los únicos colombianos en lograr vencer esta carrera. Santiago Botero en 2006 y Rigoberto Urán en 2008 quedaron muy cerca de igualarlos al lograr el segundo puesto en la general.
Euskal Herriko Itzulia, una de las mejores aficiones del mundo
Pequeños puertos, público y lluvia: Identidad de la Itzulia |
La Vuelta al País Vasco se disputa en abril, siempre en la semana entre el Tour de Flandes y la París-Roubaix. Por el típico clima atlántico del País Vasco, y por la época del año en que se corre, es rara la edición en que la lluvia no haga su aparición en la carrera. Por ello el mal tiempo, la característica media montaña vasca, las emboscadas de rampas brutales y la volcada y entendida afición que sale a las calles y carreteras para animar a todos los participantes son las principales señas de identidad de la Itzulia.
Los clasicómanos y vueltómanos que tienen intención de disputar las Clásicas de Las Ardenas tienen terreno abonado para destacar en esta carrera y para ultimar la óptima puesta a punto física de cara a esas tres importantes pruebas belgas y holandesas. La prueba finaliza todos los años con una fracción cronometrada individual de media distancia, que habitualmente suele ser muy quebrada y técnica y casi siempre define el vencedor final.
Fue creada en 1924, denominándose en las primeras ediciones como Gran Premio Excelsior. El corredor con más victorias es José Antonio González Linares, con 4 ediciones ganadas en los años 70. Los colombianos casi coparon el pódium del año pasado, con el primer puesto de Nairo Quintana acompañado en el tercer cajón por Sergio Luis Henao.
Tour de Romandie, la pequeña vuelta a Suiza
Podemos situar a esta carrera, que se disputa en la región francófona de Suiza, como la 7ª vuelta corta más importante del calendario. Aunque la montaña tiene predominancia en sus recorridos, la relevancia de las fracciones cronometradas individuales hace que el palmarés de esta prueba este dominado en los últimos años por contrarrelojistas que se defienden con soltura en el plano inclinado.
Al estar ubicada justo antes del Giro de Italia suele ser habitual piedra de toque para saber el real estado de forma de los participantes en la Corsa Rosa. La primera edición de esta carrera data del año 1947. El irlandés Stephen Roche posee el record de la Romandía, con 3 victorias logradas en los años 80. Santiago Botero logro vencer en el año 2005.
Critérium du Dauphiné, un Tour de Francia en miniatura
El mítico Col d'Izoard es habitual en la Dauphiné |
Se disputa en el mes de junio al este de Francia, en lo que antiguamente fue el departamento del Delfinado. Antes de que fuera adquirida por ASO (organizadores del Tour) la carrera era conocida como la Dauphiné Liberé, el mismo nombre del periódico que lo organizaba. Este mini-Tour se caracteriza por las etapas de media y alta montaña en los Alpes franceses. En prácticamente todas sus ediciones se sube alguna de las cumbres míticas del Tour de Francia. Y aunque para este año desapareció del recorrido, también era habitual la disputa de una larga fracción cronometrada individual, haciéndo que esta carrera fuera muy apta para que se destaquen corredores completos.
Lamentablemente hoy día los corredores de grandes vueltas se toman la Dauphiné solo como preparación para el Tour de Francia. Quizás por esta razón la organización lleva unos años en los que está rebajando considerablemente la exigencia de la prueba, programando menos montaña (casi siempre con los tan de moda finales en alto) y etapas mucho más cortas en general. Esto, unido a que la Vuelta a Suiza sigue proponiendo etapas muy variadas, sin dejar de lado la verdadera alta montaña, está llevando a que el otrora gran prestigio de la Dauphiné esté decayendo paulatinamente.
Fue creada en 1947 y prácticamente todos los grandes vencedores del Tour de Francia tiene esta carrera en su palmarés. El francés Nello Lauredi y grandes corredores como Luis Ocaña, Bernard Hinault y Charly Mottet lograron ganarla 3 veces. Una de las más prestigiosas victorias de la historia del ciclismo colombiano se dio en esta prueba, cuando en el año 1984 Martin Ramírez se impuso nada más y nada menos que al mismísimo "caimán" Hinault y a Greg LeMond, que lo acompañaron en el pódium de vencedores. Lucho Herrera logró vencer en dos ocasiones esta carrera, en los años 1988 y 1991. También tenemos 3 segundos puestos, logrados por Henry “el cebollita” Cárdenas en 1987, Oliverio Rincón en 1993 y Santiago Botero en 2005; y el tercer puesto de Álvaro Mejía en 1990.
Tour de Suisse, la majestuosidad de los Alpes
En Suiza, los Alpes son protagonistas indiscutibles |
La ronda helvética está considerada como la 4ª Gran Vuelta en importancia, tras el Tour de Francia, el Giro de Italia y la Vuelta a España. La razón de esto es la exigencia de los recorridos y el número de etapas de las que disfruta. Aunque hace años llego a durar 2 semanas ahora son 9 los días de carrera. Al igual que la Dauphiné, también se disputa en el mes de junio, entre el Giro de Italia y el Tour de Francia, solapándose ambas pruebas en algunas de las fechas.
Atrás quedaron los tiempos gloriosos en que los grandes venían a Suiza con la intención de disputar y añadir a su palmarés esta “pequeña gran vuelta”. Ahora esta carrera es utilizada por casi todos los ciclistas para afinar su puesta a punto de cara a la disputa de La Grande Boucle. Por fortuna los organizadores mantienen aún la dureza general de la vuelta al país helvético. En sus variados recorridos, con etapas largas, cronos y media montaña, destacan las fracciones de verdadera alta montaña, con espectaculares encadenados de los largos y bellos puertos en los imponentes Alpes suizos. Colosos como el Albulapass, Bernina, Fluelapass, Flumserberg, Furkapass, Grimselpass, Grosse Scheidegg, Klausenpass, Livigno, Lukmanierpass, Nufenenpass, Oberalppass, San Bernardino, Sankt Gotthardpass, Splügenpass, Sustenpass... son puertazos que nada tienen que envidiar a los más famosos passos y cols del Giro o del Tour.
La primera edición se disputó en 1933. El italiano Pasquale Fornara tiene el record de victorias, con 4 ediciones ganadas en los años 50. En esta carrera sufrió Mauricio Soler el accidente que casi le cuesta la vida, cuando estaba en condiciones de disputar la victoria final de aquella edición 2011, de infausto recuerdo para toda la afición colombiana.
Las otras vueltas cortas del UCI World Tour
Carreras de una semana como el Tour Down Under, Tour de Polonia, Eneco Tour y Tour de Beijing, por mucho que pertenezcan a la máxima categoría de las pruebas por etapas del World Tour y regalen los mismos Puntos-UCI a los corredores y equipos, no alcanzan a tener el prestigio de las arriba citadas. Por ahora. Porque como nada es para siempre, ante la decidida apuesta por la internacionalización del deporte de las dos ruedas por parte de los máximos rectores del ciclismo mundial (UCI, ASO y RCS Sport) todo el status quo actual del panorama ciclista puede ir cambiando paulatinamente.