(Por Carlos A. Duarte)
Se dice que es Rigoberto Urán el “padre moral” de la nueva generación de escarabajos que en los últimos años han obtenido triunfos impensados tiempo atrás. Es él quien primero llegó a Europa y quien ha servido de enlace en Pamplona para recibir a tantos escarabajos, heredando el piso de los Ardila, Laverde, Pérez y compañía.
Se dice que es Rigoberto Urán el “padre moral” de la nueva generación de escarabajos que en los últimos años han obtenido triunfos impensados tiempo atrás. Es él quien primero llegó a Europa y quien ha servido de enlace en Pamplona para recibir a tantos escarabajos, heredando el piso de los Ardila, Laverde, Pérez y compañía.
Pero hay alguien que antes de que todo eso ocurriera obtuvo un primer gran triunfo, siendo además el jefe de un proyecto de trabajo con jóvenes talentos que aún persiste de la mano de Luis Fernando Saldarriaga, Luisa Fernanda Ríos e Ignacio Vélez y que por esa época defendía las marcas de Colombia es Pasión y Café de Colombia. Se trata de Fabio Andrés Duarte Arévalo, de quien tengo en la memoria grandes exhibiciones en diferentes terrenos; lo que es la seña de los nuevos escarabajos.
Fabio de líder. Foto de Sitiodeciclismo.net |
No fue esa su presentación en el lote nacional: en ese mismo año como en 2005 había tiranizado la Vuelta de la Juventud. Colombia veía surgir a un monstruo del ciclismo.
Esta actuación le valió ser contratado por Gianni Savio para 2007, pero no le hizo bien la experiencia europea. Aún así, en lo que podría considerarse “una mala temporada” para cualquier ciclista se dejó ese año su primer triunfo en la Vuelta a Colombia por delante de un tal Santiago Botero.
Para el año siguiente se vincula al Colombia es de Pasión y corre el Tour de l'Avenir teniendo que retirarse por un problema muscular. Semanas después daría un golpe de calidad al ganar el Campeonato Mundial Sub-23 en Varese Italia, al mejor estilo (europeo) de Cochise, ante la evidente rabia del local Simone Ponzi, que se desfogaba dando golpes sobre su manillar. Detrás de ellos llegaron John Degenkolb, Ben Swift y Rui Costa. Colombia tenía un nuevo ídolo y Europa a un ciclista a quien prestar atención pues les había ganado a los suyos en terreno plano, por vivo y por rápido.
Degenkolb, Ponzi, Swift, Duarte y Costa en el mundial de Varese |
Lo vivo no le valió ante la experiencia de Basso en el G.P. de Lugano en 2011. Y el ser rápido en las llegadas es una cualidad que no ha perdido. Ese mismo año logra una victoria en el Giro del Trentino y por poco repite en la etapa 5ª del Giro de Italia (encabezó el lote que llegó a 8 segundos del ganador) en llegadas que picaban levemente. De igual forma obtuvo su última victoria, la Coppa Sabatini en 2012.
La calidad de escalador de Fabio Duarte no está en duda: dio una exhibición en el Alto de La Línea (final en alto) en la Vuelta a Colombia de 2009, aquella que estuvo tiranizada por José Rujano. En el Alto del Acebo en la Vuelta a Asturias de 2010 haría el 1-2 con Alex Cano, haciéndose del liderato de la prueba. Y ni qué decir de su segundo puesto en las Tres Cimas del Lavaredo, encabezando un trío de colombianos que se aseguraba el segundo puesto de la Clasificación de la General y la Clasificación de los jóvenes.
Fabio ganando en Asturias. Foto de Sitiodeciclismo.net |
Al lado de mi admiración por estos éxitos, siempre he sentido incertidumbre como aficionado por lo que pueda llegar a hacer Fabio Duarte. Cuando con el Café de Colombia iba a Europa me decía a mí mismo “Hombre, Fabio si es bueno ya debía haber ganado algo” y –por mucho– a los dos días ocurría. Así me pasó con sus victorias en el Tour de los Pirineos (2009), la Vuelta a Asturias y el Circuito Montañés (2011).
Y ese sentimiento no es infundado, porque siempre le pasa algo a Fabio para que no complete una buena faena. En la etapa siguiente a su victoria en La Línea sufrió un pinchazo, el lote lo atacó en lo plano y su equipo no pudo llevarlo nuevamente: perdió cerca de 7 minutos y después terminaría retirándose. Fabio no ha sido podio en ninguna Vuelta a Colombia que ha corrido.
En la Vuelta a Asturias lo atacaron bajando, se quedó sin equipo y ningún español lo acompañó en la persecución de Constantino Zaballa, final ganador. En el Giro de Italia de 2011 debió retirarse en la primera semana. Y en el Giro del año pasado, de modo alguno lo hecho en la penúltima etapa compensa su actuación discreta a lo largo de la competencia. En conclusión, Fabio no tiene ninguna victoria en el World Tour. ¿Qué es algo difícil? Claro que lo es, pero de él sí se puede esperar.
Fabio está en un buen momento: hizo un destacado Criterium Internacional y casi que es podio en el Giro del Trentino. Además su profesionalismo es su mejor presentación: se ha quedado a vivir en Italia, pasó allí al invierno, está aprendiendo a que el frío europeo le pegue menos; para nada es de los que se pone a jugar billar y a levantar el codo. Estos sacrificios van en pos de su consagración, de algo importante de igualar sus triunfos a los de Nairo, Rigoberto o Betancur.
Fabio tiene 28 años está en una edad madura y le queda margen de mejora (eso mientras que esté en el Team Colombia). ¿Qué hace falta? No lo sé y espero que Corti y sus amigos lo encuentren.
Personalmente, se me hace que a su cuerpo se le dificulta asimilar muy bien las competencias extensas. Los ciclistas tienen días malos, es normal que suceda. Pero creo que en Fabio esos días malos han sido muy malos y no tan esporádicos (2 o 3). Botero los tenía y por eso nunca ganó el Tour. Si algo me sorprendió de Nairo en el Tour del año pasado es que no tuvo ni un día malo, ni en los que se cayó.
Hace poco en Twitter, dos miembros de este blog discutieron sobre las posibilidades de Fabio Duarte en el próximo Giro. Para Eddy, Fabio es una “Lotería”. Ciclismo Limpio le reprochó por considerar ese comentario como desobligante pues niega el trabajo de meses que lleva él. Yo estoy de acuerdo con Eddy, en los términos que he dejado expuestos en las líneas previas.
Fabio hace parte (junto con Santiago Botero y Mauricio Soler) de la época en la que me enganché en amor eterno con el ciclismo. Por eso no quiero que sus triunfos sean menores que los de ellos. Fabio es un ganador y debe aprovechar su buena forma en conseguir etapas antes de cebarse por una general que puede que no logre. De él apuntaría a una victoria en la primera semana del próximo Giro, o en el día siguiente de las dos últimas jornadas de descanso cuando el control entre los grandes capos no merme sus opciones de victoria parcial.