sábado, 7 de septiembre de 2013

¿Cómo pueden la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN recuperar su grandeza perdida?

(Por Gustavo Duncan y Asier Bilbao)


Históricamente, hasta mediados de los años 80, era muy común ver a las más grandes figuras del ciclismo internacional competir en las pruebas ciclísticas por etapas más importantes de Colombia. Aquí vinieron grandes campeones como Coppi, Koblet, Hinault, Fignon, LeMond, Kelly, Delgado... buenos corredores como Agostinho, Chiappucci, Mottet, Pascal Simon, Pino, Millar, Chozas, Caritoux, Cubino, Tchmil, Ruiz Cabestany... y equipos como Renault, La Vie Claire, Peugeot, Skill-Sem, Splendor, Festina, Carrera, Reynolds, Kelme, Zor y Teka. Por aquellas participaciones de lujo y por la exigencia de los recorridos, en la década de los 80 la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN eran consideradas como las dos carreras de mayor prestigio en el territorio que abarca todo el Norte, Centro y Suramérica.

Aunque en la actualidad disfrutamos con la que es, con total seguridad, la generación de ciclistas colombianos más completos de siempre, tanto en cantidad como en calidad, lamentablemente toda aquella grandeza de nuestras Vueltas se perdió. Solo nos quedan los recuerdos de lo que fueron.

Los autores del blog Altimetrías de Colombia afirmamos rotundamente que la Vuelta a Colombia debería ser la cita ciclista de referencia anual de este lado del Atlántico. La prueba por etapas más importante de toda América. La carrera más completa y con las etapas más espectaculares; cuyo comienzo todos los buenos aficionados al ciclismo profesional en carretera de todo el mundo esperen con impaciencia y nerviosismo.

Hablando claro y sin que quede lugar a dudas: por historia, prestigio, palmares, leyenda,  exigencia de los recorridos, dureza de los puertos que se transitan y espectacularidad de los paisajes, la Vuelta a Colombia debería ser considerado en el planeta ciclístico internacional como el “Tour de Francia” del continente americano.

El Tour de Francia fue creado el año 1903 por Henri Desgrange, director del diario deportivo L’Auto de París, con la única finalidad de vender más periódicos; exaltando en primera página las gestas, hazañas y sufrimientos (sangre, sudor y lágrimas) de los ciclistas de aquella época por las descarnadas carreteras del país galo.

Desde sus inicios la base del ciclismo profesional en carretera es la rentabilidad publicitaria y económica:
· Rentabilidad publicitaria de los patrocinadores comerciales de los equipos ciclistas.
· Rentabilidad económica de los organizadores de las carreras, a través de la rentabilidad publicitaria de los patrocinadores privados o públicos que invierten en esas carreras.
· Rentabilidad publicitaria de los medios de comunicación que retransmiten e informan sobre las carreras: periódicos, prensa especializada, radios, tv, páginas web especializadas, etc.

Por todo esto equipos ciclistas (corredores, directores, auxiliares), organizadores de carreras y medios de comunicación se necesitan mutuamente para sobrevivir.

Pero el pilar básico sobre el que reposa todo el entramado del ciclismo profesional en carretera es el público, las audiencias, como consumidores de la publicidad que generan equipos, organizadores, medios de comunicación y patrocinadores. Sin público que “consuma ciclismo” no hay publicidad que resulte rentable; y sin publicidad no habría ciclismo profesional. Por el contrario, cuantos más lectores, más oyentes y más telespectadores tengan las carreras mayores serán los ingresos publicitarios y económicos que se logren. Para que la rentabilidad fuera la máxima se debería ofrecer siempre un espectáculo que atraiga a la mayor cantidad de público durante el mayor tiempo posible.

En teoría todos los estamentos del ciclismo están interesados en que las audiencias de las carreras sean las mayores. El público no. El público lo único que busca es entretenerse y divertirse lo máximo posible. Cuanto más dure el tiempo de entretenimiento mejor. Por eso unas pruebas ciclistas aburridas, monótonas y previsibles son del todo contraproducentes para el “circo” del ciclismo profesional. Porque ahuyentan al público que los sustenta a todos: corredores, directores, auxiliares, periodistas y organizadores.

Los autores del blog Altimetrías de Colombia somos parte del público que consume ciclismo. No tenemos ningún interés económico en el mundo del ciclismo profesional. Solo nos mueve la pasión y el amor por el más bello deporte de competición que existe. Por todo esto nos podemos permitir la licencia de escribir las siguientes sugerencias dirigidas a los diversos estamentos que pudieran estar interesados en devolver a la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN la grandeza que tuvieron hasta hace no muchos años (Federación Colombiana de Ciclismo, Coldeportes, Gobierno Nacional, Gobernaciones, Alcaldías, televisiones privadas y públicas, patrocinadores privados o públicos, etc.).

Los pasos que en nuestra opinión se deberían dar para devolver la Vuelta y el Clásico al lugar que les corresponde en el corazón de los colombianos y lograr que el “Tour de Colombia” fuera una realidad son los siguientes:

1- Para lograr atraer a posibles grandes patrocinadores y a los mejores equipos ciclistas, y que obtengan así la mayor rentabilidad económica a sus inversiones, hoy en día son absolutamente imprescindibles las retransmisiones televisivas y on-line en directo. En pleno siglo XXI, en la era de las telecomunicaciones y de la inmediatez de la información, para la supervivencia de cualquier prueba deportiva importante es necesario que las imágenes de su desarrollo se puedan ver en directo en todo el planeta. Todas las demás sugerencias que citamos abajo, a pesar de que fueran materializadas con éxito, serian en vano. No tendrían ningún valor en la búsqueda de que la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN sean consideradas pruebas serias e interesantes por los mejores equipos y corredores del circuito ciclista internacional hasta que se emitan por TV en riguroso directo y con imágenes en HD, y por internet en streaming para todo el mundo, por lo menos los últimos 60 kilómetros de todas las etapas. En la medida de lo posible, esas imágenes deberían ser grabadas siempre por contrastados profesionales en el manejo de las cámaras (mínimo 2-3 cámaras desde motos y 1 desde helicóptero).

2- Lograr en cada una de las ediciones la participación de la mayor cantidad posible de equipos de entidad y talla internacional. Y por lo menos un equipo UCI World-Tour al año, que acuda con la disposición de disputar la Vuelta a Colombia con uno o varios ciclistas extranjeros de renombre mundial en sus filas.

3- Se deberían elegirlas fechas más adecuadas para que la participación nacional e internacional de la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN fuera la mejor posible, y lograr así una mayor repercusión mediática.

4- Jugosos premios en metálico para los vencedores de etapa, la clasificación general final y clasificaciones secundarias como montaña y regularidad, que hagan atractiva la participación de ciclistas y equipos de renombre nacional e internacional. Para ello se debería buscar patrocinadores fuertes, como grandes empresas de las telecomunicaciones, entidades financieras, etc. que pudieran sustentar económicamente esos premios. Para atraer esos patrocinadores se debería buscar la mejor participación posible y recorridos que den lugar y ocasión para que se pueda presenciar un espectáculo ciclístico que atraiga a la mayor cantidad posible de audiencia que vea-escuche-lea el nombre de los diferentes patrocinadores. Todo esto para que al final a esos grandes patrocinadores les revierta publicitariamente la inversión que realizan.

5- Pagina web oficial exclusiva de las dos carreras. De diseño moderno, seria, visual y sencilla de navegar. Con la más completa y variada información de las pruebas. Siempre actualizadas y disponibles en varios idiomas (español, inglés, francés, etc.) para los periodistas y aficionados del mundo entero.

6- Deben presentar en todas sus ediciones unos recorridos acordes a su historia, su grandeza ysu leyenda. Para lograr mayor aceptación por parte del público y unas mayores audiencias que hagan más rentables las pruebas se debería buscar que las competencias ciclistas fueran interesantes, entretenidas y movidas desde el principio al fin de las mismas; no solo en las partes finales de algunas etapas, como se está imponiendo en la actualidad en las grandes vueltas.


Es posible y deseable realizar etapas diferentes a las monótonas, sin alicientes y repetitivas que se nos ofrece año tras año a los aficionados, y que ya nos conocemos de memoria. Es posible y deseable programar etapas donde los espectadores puedan admirar las bellezas naturales, paisajísticas y arquitectónicas de Colombia mientras disfrutan del que, por los logros de nuestros ciclistas a lo largo de la historia, debería ser nuestro deporte nacional: el ciclismo de fondo en carretera.